Ha ocurrido y seguirá ocurriendo. Esto es que la obra en sí, de gran belleza, sólo sirva para encumbrar al arquitecto, a su autor y como mucho al que intenta vivir en ella. Desde el punto de vista funcional, un puro desastre.
En los últimos tiempos en España, el que no tenía en su pueblo, comunidad un político que hacía un concurso de ideas, sin saber muy bien para qué.
Aquí te doy un claro ejemplo, que por cierto a terminado en manos de una constructora, sin saber qué hacer con él.
