
Si hay algo que siempre me ha llamado la atención, es el gigantismo en fotografía. Esta corriente, que yo creo que por influencia nos llega desde Estados Unidos, donde las producciones de obras tienen un tamaño considerable, a mí me dejan anodado. Bien es verdad que tienen que ser perfectas, no sólo en la toma, sino también en su producción. Y también es verdad que no sirve cualquier espacio donde colgarlo, este tiene que » ser proporcional» a la obra. Esto plantea otro dilema » quién paga esa producción»?.
Aquí en San Sebastian, en el remozado edificio de Tabacalera. Bestial!