
Dos palos, seis velas y suficiente aire, para nuestra singladura, hasta la próxima vez
El blog de Osco
Dos palos, seis velas y suficiente aire, para nuestra singladura, hasta la próxima vez
Quizás sea la poesía de Espronceda, la que más me recuerde los grandes barcos, también las narraciones de Arturo Pérez Reverte, Herman Melville, Daniel Defoe, Hemingway.. y tantos otros
Un recuerdo, un marco, un paso
Si sigo en mi empeño, el próximo festival lo tendré algo más organizado, creo que las fotografías deben de ser extraordinarias, cuando hacen la maniobra de entrada en la bocana del puerto, supongo que la singladura será desde poniente, desde ahí viene la corriente, sus tres palos a todo trapo.
Creo que sólo una vez he podido disfrutar de un día de navegación, con un capitán Inglés, hace demasiado tiempo, en una singladura en Canarias.
Yo me puse a su disposición para realizar las maniobras que se hicieran necesarias; en una maniobra de cambio de rumbo la botavara, pasó a tal velocidad sobre mi cabeza, justo antes de oír » sit dow», qué no me lo pensé, un segundo después pensé qué si no me mataba el golpe, el impacto me hubiese tirado por la borda.
White dolphin, construido en 1967, con una eslora de 20 ms, una manga de 4.38 ms y un calado de 2.90 ms, es una delicia para los ojos, verlo surcar con dos palos.
Son varias y distintas funciones las de las velas, pero en embarcaciones de poco porte, la denominada Latina, me la he encontrado en la falúas del Nilo, y en todo el arco Mediterráneo, dispone en gran medida de unas proporciones y formas similares. Así que supongo que los historiadores, nos podrán dar detalles al respecto.
Supongo que la noche anterior ha sido larga para muchos marineros que se han llegado al encuentro del Festival. Supongo qué por eso pocos han madrugado a maniobrar.
LLevo desde las 7 h. dando paseos, por la senda que comparto con algún peregrino del Camino de Santiago, como cazador detrás de una buena maniobra, de una buena vela, de un buen capitán. Sobre las 12 h. comienzan a llegar los primeros rayos de sol, el día cambia de cara. Pero voy a jugar con los colores del agua, aguas frías estos días, aguas claras, aguas verde esmeraldas, costa verde. Arenas de playa incrustadas entre placas, como filones de oro – dorado. Placer para el cuerpo frío, placer para mis sentidos.
Todo se reduce a la mínima expresión, no diría minimalismo.