
Representa para mí un símbolo, un viaje, que comenzó con un desayuno en Mondoñedo, el poder viajar a la aventura, sin saber donde comer, donde dormir, por el mero placer de viajar, de parar donde quisimos, de buscar un rumbo al hablar con unos pescadores, estos nos dijeron que para el Norte tendríamos una semana de mal tiempo, que si girábamos al Sur, después de pasar la tormenta , tendríamos buen sol y cielos claros. Fueron unos días maravillosos, las compañías que buscamos en cada parada. Los lugares que encontramos o nos encontraron. Y siempre al lado de Carmen.