Es curioso cómo me he acercado al mundo de la vela, al mundo de la mar. Hace muchos años lo intentó el Gran Ovidio, sabía de mis intereses en deportes que tuvieran relación con el mundo de la aventura, del conocimiento. Yo era muy ácrata y la respuesta fue contundente » eso es para ricos».
Ahora me arrepiento de no haber aprendido a navegar, espero que no sea tarde.